MAKING OFF CALLE RAMÓN Y CAJAL
La tercera localización para la mañana del viernes era en el Paseo Ramón y Cajal de Huesca. Llegamos tarde según el plan de rodaje, sobre la una y cuarto del mediodía.
Óscar tenía que realizar una llamada de teléfono en la ficción, y era importante que el entorno fuera urbano, que hubiera movimiento. Me decidí por esta cabina entre las más de diez que en su día localicé (Ver aquí "De cabina en cabina")
Hacía un día de sol muy agradable, y como éramos cuatro técnicos y un solo actor, hay más fotos nuestras que del asunto del rodaje.
La primera anécdota para contar del fin de semana tuvo lugar aquí. Por suerte, y gracias a la diligente gestión de Elba Mairal por nuestra parte, y del Ayuntamiento de Huesca por la otra, pudimos garantizar el resto de grabación en la vía pública del fin de semana. Gracias a todas las partes por su comprensión. Ojalá tenga como resultado la promoción de la ciudad de Huesca. Ahí no quedó todo, ese mismo día y los siguientes nos llevaríamos más sustos...
Sobre las dos terminamos y, buscando ser prácticos, fuimos a comer a la terraza de la casa de Aarón, una rica y suculenta comida que nos había traído mi querida Carmen. A las tres teníamos que estar en Desguaces Alonso, así que, aunque estábamos cerca, teníamos muy poco tiempo.
Óscar tenía que realizar una llamada de teléfono en la ficción, y era importante que el entorno fuera urbano, que hubiera movimiento. Me decidí por esta cabina entre las más de diez que en su día localicé (Ver aquí "De cabina en cabina")
Hacía un día de sol muy agradable, y como éramos cuatro técnicos y un solo actor, hay más fotos nuestras que del asunto del rodaje.
La primera anécdota para contar del fin de semana tuvo lugar aquí. Por suerte, y gracias a la diligente gestión de Elba Mairal por nuestra parte, y del Ayuntamiento de Huesca por la otra, pudimos garantizar el resto de grabación en la vía pública del fin de semana. Gracias a todas las partes por su comprensión. Ojalá tenga como resultado la promoción de la ciudad de Huesca. Ahí no quedó todo, ese mismo día y los siguientes nos llevaríamos más sustos...
Sobre las dos terminamos y, buscando ser prácticos, fuimos a comer a la terraza de la casa de Aarón, una rica y suculenta comida que nos había traído mi querida Carmen. A las tres teníamos que estar en Desguaces Alonso, así que, aunque estábamos cerca, teníamos muy poco tiempo.
Comentarios